Vértigo Cervical
Entidad Controversial
Dario A. Yacovino
Introducción
El mareo es la tercera causa más común de
queja en pacientes ambulatorios luego del dolor torácico y la fatiga. En el 80%
de estos casos es suficientemente intenso como para requerir intervención
médica. El mareo afecta a más del 50% de la población mayor de 65 años, y es la causa más frecuente
de consulta médica luego de los 75 años. (National Strategic Research Plan,
NIDCD, 1991). Aproximadamente el 50% de los pacientes que consultan por mareos
presentan en realidad vértigo.
“Doctor estoy mareado, me sugirieron que puede ser de causa cervical por
lo que me indicaron kinesiología cervical y… algo mejoré”
La
queja espontánea del paciente citado, es una de las más comúnmente escuchadas en
el consultorio de cualquier especialidad médica, inclusive en el ámbito no
medico, como en una oficina, en un club o en una reunión de amigos.
Históricamente,
resulta difícil precisar cuándo se hizo popular la asociación entre la columna
cervical y los mareos, y cómo “aun hoy” se considera una verdad médica
inapelable. La explicación resulta lógica “el mareo se desencadena al girar la
cabeza y la columna cervical” y pareciera no requerir más preguntas;
posiblemente esto haya perpetuado el concepto de vértigo cervical en los foros
no médicos. Sin embargo el vértigo cervical resulta una entidad controvertida y
muchos de los pacientes diagnosticados con tal trastorno suelen tener otros diagnósticos.
El
cuello contiene estructuras que participan en: 1) el control de equilibrio
(aferencias cervicales), 2) el control
del tono vascular (senos carotideos), 3) posee vasos sanguíneos
(arterias carótidas y vertebrales) y 4) contiene la
porción cervical de la medula espinal. Los movimientos de la cabeza se
acompañan invariablemente de movimientos cervicales por lo que síntomas como el
mareo o el vértigo asociados a movimientos cérvico-cefálicos, podrían igualmente
ser atribuidos a disfunción vestibular (oído interno), visual, vascular,
neurovascular , cervico propioceptivo o medular.
Terminología:
En
el texto se utilizará en forma alternante la palabra mareo y vértigo. Sin embargo,
el mareo es un término más amplio que incluye al vértigo; existen asimismo otros síntomas popularmente mencionados
como mareo (p.e vértigo, desequilibrio y sensación de
desvanecimiento) que tienen una interpretación precisa y que deben ser
correctamente definidos por las implicancias clínicas que poseen.
Mareo:
Sensación vaga, imprecisa y poco clara,
referida como displacentera que involucra a uno mismo con el medio ambiente, provocando
inseguridad, disconfort o embotamiento.
Vértigo: Sensación (ilusión) de giro de uno mismo o de los objetos que nos rodean. Habitualmente es producto de un desequilibrio en la vía vestibular.
Desequilibrio: Se refiere a la limitación para mantener o controlar el equilibrio, generalmente estando de pie o al caminar. Inseguridad al caminar sin sensación de giro de los objetos o de uno mismo.
Sensación de desvanecimiento: Percepción inminente de pérdida de conciencia, generalmente acompañada de debilidad en las piernas, palidez o visión borrosa. Lipotimia (pre síncope), son síntomas habitualmente producidos por una caída en la tensión arterial.( por ejemplo hipotensión ortostática).
Neurofisiología
de la integración cérvico-vestibular.
La
percepción de rotación de la cabeza o el tronco en el espacio sería errónea si
el aparato vestibular y la percepción cervical no se complementen. Cuando los
estímulos sensoriales generados por el cuello y por los receptores vestibulares
se combinan (rotación relativa de la cabeza sobre el tronco) se obtiene una
aproximación más realista de la orientación de ambos en el espacio.
El
aparato vestibular del oído interno (conductos semicirculares y órgano
otológico) detectan la posición y el movimiento de la cabeza en el espacio;
cuando la información sensorial arriba a los núcleos vestibulares del tronco,
se combina con otras modalidades sensoriales para obtener una estimación del
movimiento cefálico. Otros estímulos no vestibulares del movimiento cráneo-cervical
incluyen: estímulos visuales (optokinéticos), aferencias propioceptivas de la
región cervical (Yacovino et. al 2004) y proyecciones cerebelosas de las
células de Purkinje (copia motora).
La
señal somatosensorial proveniente de los receptores musculo-tendinosos y de las
articulaciones (de cualquier segmento corporal) provee información kinestésica,
que contribuye a la percepción del propio movimiento del cuerpo durante la
locomoción. Esta información se integra con la vestibular y la visual a nivel
de los núcleos vestibulares y el tálamo, proyectando a las aéreas multimodales
de la corteza parietal, encargada de generar un “mapa” espacial de nuestro
cuerpo. A modo de ejemplo de esta integración Brandt et al (1977) ha demostrado
científicamente en humanos que es posible inducir en la oscuridad una ilusión
de movimiento y nistagmus (movimientos oculares involuntarios) con la simple
movilización pasiva de un brazo -ver video al final. Debido a que resulta dificultoso el estudio de
la participación somatosensorial cervical y su aislamiento para análisis sin la
activación concomitante de los receptores vestibulares, se ha extrapolado la experiencia de otros
segmentos corporales como en el estudio de Brandt mencionado previamente.
En
resumen, para un mantenimiento adecuado del equilibrio, se requiere de la fina coordinación
entre los ojos, el oído (sistema vestibular), la propiocepción (ubicación
espacial del segmento corporal), el tronco cerebral, el cerebelo, las estructuras
corticales y de la generación de respuestas motoras adecuadas de
reequilibración.
¿Cómo se define el vértigo cervical o mareo cervicogénico?
Existen
varios problemas a la hora de definir al vértigo cervical como una enfermedad o
entidad clínico-patológica que son los siguientes:
- No hay una definición precisa y única del Vértigo cervical
- No hay datos epidemiológicos ni estudios poblacionales
- No hay estudios complementarios específicos
- No hay elementos clínicos patognomónicos
- No hay un sustento fisiopatológico claro
- Utilizando métodos apropiados de diagnóstico el 90% de los casos tiene otras causas probables de los síntomas.
- Hay tratamiento general (?)
Los
enunciados anteriores representan un resumen de los datos bibliográficos
publicados hasta la fecha y de lo que se desprende que hay que hacer un
esfuerzo notable para clasificarlo como
una enfermedad, interesantemente existen innumerables publicaciones respecto a
la eficacia de la terapia física sola o combinada con medicación para el
tratamiento del vértigo cervical (Wing ,1974; Galm, 1998; Karlberg, 1996; Reid,
2005).
Furman
y Cass (1996) definieron precisamente al
mareo cervicogénico como una sensación inespecífica de alteración del
equilibrio y de la orientación espacial originada por una actividad anormal de
las aferencia cervicales. Los autores aclararon que el mareo cervicogénico no
es producto de una disfunción vestibular y por lo tanto difícilmente resulte
generador de vértigo real.
Otros
autores como Yahia et al (2009) por el contrario, definen al vértigo cervical,
como la asociación de los siguientes criterios: Dolor cervical crónico,
presencia de vértigo con la rotación cervical en ausencia de nistagmus,
presencia de artritis cervical y/o cambios degenerativos discales
intervertebrales.
¿Qué hipótesis sustenta al vértigo cervical?
Distintas
hipótesis han sido presentadas desde principio del siglo pasado para explicar
el vértigo originado en las cervicales, ninguno de ellos brinda una prueba
científicamente sólida para justificar todos los datos observados en la práctica
clínica. Las 3 teorías más comentadas en la bibliografía y las críticas a las
mismas son las siguientes:
- Teoría de la alteración autonómica (simpática cervical) - vasomotora del oído interno (Barré-Lieou).
La
circulación posterior, incluyendo las arteriolas del oído interno, se
encuentran inervadas por un sistema simpático, proveniente de las raíces
nerviosas cervicales. La compresión de estas raíces produciría vasoconstricción
e isquemia del oído interno.
Crítica: No hay estudios
concluyentes, los estudios fueron realizados a principio del siglo pasado.
2. 2 Teoría
de la modulación de la función vestibular-propioceptiva (Vértigo cervical
propioceptivo).
La
propiocepción cervical se integra en los núcleos vestibulares, ejerciendo un
efecto modulador (vía espinovestibular) y facilitando o inhibiendo las descargas
vestibulares periféricas (las zonas más ricas en receptores son: la cápsula
articular C1-C2 , los músculos sub-occipitales y profundos paravertebrales).
Critica: Según la
evidencia actual estas conexiones son secundarias e incapaces de generar vértigo.
3. 3 Teoría
de la compresión vascular vertebral. (Compromiso vertebro basilar).
Estudios
realizados en cadáveres, demostraron que la rotación de la cabeza hacia un
lado, comprime la arteria vertebral del lado opuesto a nivel del atlas y del axis,
generando “insuficiencia Vertebro-Basilar (VB)”.
Critica: Si bien es posible,
requiere una sumatoria de alteraciones anatómicas que lo hace infrecuente.
La
primera de las teorías, propuesta
por Jean-Alexander Barré y Young-Choen Lieou en 1928, en oposición al síndrome
simpático carotideo de Horner, se encuentra desacreditada a la luz de los conocimientos
anatómicos y fisiológicos actuales. Desde mediados del siglo pasado no existen
publicaciones en revistas medicas avalado esta entidad, por el contrario, las
referencias o comentarios suelen encontrarse sólo en revistas de quiropraxia y
medicina legal, por lo que solo
discutiremos las siguientes 2 teorías propuestas.
A mediados del siglo pasado Ryan y Cope
(1955) introdujeron el término “Vértigo cervical”. Aunque los síntomas
descriptos en su artículo original no fueron exactamente los de un cuadro
vertiginoso, aun hoy se sigue usando ese epónimo. Los autores fueron los
primeros que teorizaron respecto a la fisiopatología del vértigo cervical, sugiriendo su origen en la existencia de una
información sensorial aberrante proveniente de los receptores articulares dañados de las regiones cervicales superiores,
que enviando una información irregular y asimétrica distorsionaría a los núcleos
vestibulares del tronco cerebral. Estos autores describieron este síndrome en 3
tipos de pacientes: 1) En pacientes con espondilosis
cervical, 2) En pacientes tratados con tracción
cervical y 3) En pacientes con antecedentes de traumatismo cervical.
Los siguientes
datos experimentales sustentan la influencia cervical en el equilibrio y la
orientación:
- La estabilidad estática de los pacientes con dolor cervical (cervicalgia tensional) es peor que la de personas sanas. (posturografía) Kaskimies et al. 1997.
- La terapia física cervical (manipulativa y movilizadora) mostró una mejoría significativa a 3 meses en pacientes con vértigo cervical (77 vs 23%).Galm et al. 1998
- La infiltración con anestesia local (suboccipital) genera ataxia. De Jong et al. 1977 y Dieterich et al 1993.
- La movilización del tronco con la cabeza fija (propiocepción cervical) permite localizar un objeto estacionario en la oscuridad. Bronstein et al. 1998.
- La Vibración cervical aplicada sobre el musculo esternocleidomastoideo (ECM) genera desplazamiento subjetivo de los objetos estacionarios y nistagmus. Popov et al. 2002.
- La vibración aplicada sobre la región dorsal cervical genera desequilibrio y anteropulsión. Ivanenko et al.1999.
- La rotación sostenida de la cabeza y el cuello induce asimetría en la ganancia del reflejo vestíbulo-ocular. Padoan et al. 1998.
- La Estimulación galvánica sobre los músculos cervicales genera desplazamiento subjetivo de la verticalidad. Wapner et al. 1951
- La pérdida de la función vestibular uni o bilateral se asocia a un aumento de la ganancia (participación funcional) de la propiocepción cervical. Kasai et al. 1978
- Luego de un episodio de latigazo cervical (whiplash syndrome) puede presentarse Vértigo frente a los movimientos de la cabeza (generalmente Vértigo paroxístico posicional benigno (VPPB) o disfunción otolítica), menos frecuentemente se presenta vértigo de origen cervical. Vibert et al. 2003.
Complementariamente con los datos experimentales,
se ha demostrado que la información sensorial muscular aberrante se genera por
un espasmo o contractura del musculo esternocleidomastoideo y trapecio superior
(Brown, 1992). La interconexión entre la
propiocepción cervical y los núcleos vestibulares pueden contribuir a generar
un patrón cíclico en el cual los mareos generarían contractura y espasmo
muscular cervical que a su vez contribuirían a aumentar el mareo (Morinaka, 2009).
Por cierto, resulta complejo demostrar experimentalmente esta relación que
impresiona en la teoría ser una muy tentadora explicación del vértigo cervical.
Respecto a la compresión de las arterias
vertebrales.
La
circulación posterior proviene de las arterias vertebrales que atraviesan los
agujeros transversos de las primeras 6 vertebras cervicales, convergiendo para
formar la arteria basilar a nivel intracraneano. Tanto las arterias vertebrales
como la basilar aportan sangre a estructuras claves en el equilibrio, oído
interno, núcleos oculomotrores, núcleos vestibulares, cerebelo y parte de la
corteza visual occipital. Genéricamente se denomina “Insuficiencia vertebro
basilar” (IVB) al síndrome producto de un hipoflujo del eje vertebrobasilar de
cualquier origen (p.e ateromatosis, vasculitis, robo subclavio). Específicamente,
el vértigo ocasionado por la compresión
de una o de ambas arterias vertebrales durante la rotación cefálica se denomina
“Vértigo rotacional arterial cervical” (o popularmente denominado Síndrome
de Arquero, dada la posición que adopta la cabeza en el cazador de arco y de
la flecha al gatillar el vértigo). Esta entidad si bien es infrecuente, resulta
clínicamente relevante. Debido la presencia de vasos colaterales fisiológicos y
a la redistribución del flujo del polígono de Willis, la mayoría de los
pacientes que sufren este síndrome suelen presentar otras malformaciones vasculares
asociadas (p.e Hipoplasia, arteria vertebral no confluente con circulación terminal,
etc), que interfieren con la colateralización compensatoria.
Como
se mencionó previamente, la teoría de la compresión vascular surgió de los
trabajos hemodinámicos en cadáveres conducidos por Toole y Tucker (1960) que identificaron que la rotación de la cabeza se acompaña de la
compresión de la arteria vertebral opuesta a la dirección de rotación como condición fisiológica. Estudios
posteriores utilizando angiografía digital (Takashi y colaboradores, 1994) confirmaron
que la compresión arterial no resulta hemodinámicamente relevante ni
fisiológica en vivo, quitando soporte a la teoría de Toole y Tucker. Actualmente
la susceptibilidad a la compresión mecánica de las arterias vertebrales se
ubica a nivel de la inserción muscular o tendinosa, osteofitos, bandas fibrosas
arteriales y cambios degenerativos que acompañan a la espondilosis cervical.
Razonablemente la compresión de una o de ambas
arterias vertebrales, se acompañaría de isquemia del tronco (núcleos
vestibulares) conduciendo a síntomas adicionales al vértigo. Grad y Baloh
(1989) encontraron sobre 49 pacientes con vértigo por compromiso vertebro
basilar, que 29 sufrieron trastornos visuales (diplopía, alteraciones campimétricas,
etc) 14 sufrieron Drop Attacks (caídas súbitas) y 9 incoordinación y
desequilibrio. Es decir que técnicamente este cuadro debería definirse como episodios
de AIT (ataque isquémico transitorio) con el riesgo de morbi-mortalidad que eso
conlleva. Del análisis tridimensional del nistagmus originado en 4 pacientes
con vértigo rotacional arterial cervical Choi et al (2005), concluyeron que la isquemia y los síntomas
eran atribuidos a compromiso vestibular a nivel del oído más que del tronco,
dato apoyado por la presencia de acúfenos en estos pacientes.
En
resumen los episodios recurrentes de vértigo sin otro síntoma asociado con la
rotación cefálica aunque infrecuente, pueden ser por compromiso mecánico vertebrobasilar.
Vértigo cervical post Traumático (Latigazo cervical
o whiplash syndrome)
Una
condición particular que merece un comentario por su alta prevalencia, lo representa el vértigo cervical que acompaña
las lesiones por aceleración y desaceleración brusca, también llamado latigazo
cervical, actualmente los accidentes de tránsito constituyen la causa más
frecuente de este síndrome. La prevalencia
de accidentes de tránsito en nuestro país es muy elevada y con la generalización
de los mecanismos de sujeción del tórax (cinturón de seguridad, airbag) han
disminuido notablemente las lesiones corporales graves, pasando las lesiones cervicales
a uno de los primeros planos. En condiciones de sujeción del tórax la energía
por aceleración y desaceleración es absorbida por la columna cervical con consecuencias
relevantes. El síndrome por latigazo cervical es un cuadro polimorfo donde
existe una intrincada relación entre síntomas por causas físicas, psicológicas
y legales.
El dolor craneocervical y en hombros son los
síntomas más comunes y constantes. El 25-50% de los casos de latigazo cervical
sufre vértigo y mareos, de los cuales el 20-25%
presentan mareos posicionales (Oosterveld, 1991; Skovron, 1998). Los
síntomas suelen evolucionar en forma crónica. El vértigo no es el síntoma más
comúnmente referido por estos pacientes
(salvo aquéllos que sufren compromiso vestibular asociado) por el
contrario, la sensación de embotamiento,
de cabeza vacía y el desequilibrio, son los más comentados. Se han hallado múltiples
alteraciones objetivas en los estudios complementarios: Rubin (1995) encontró
que hasta el 75% de los pacientes presentaban alteraciones en la posturografía
(que evalúa el equilibrio bajo distintas condiciones), estudios anormales de
función vestibular periférica fueron documentados entre el 4-40% (Pang 1971;
Toglia 1976), sorprendentemente Endo. et al
(2006) encontraron que pacientes con vértigo cervical pos-latigazo
presentaban una disminución asimétrica en el flujo de las arterias vertebrales similar a la observada en
casos de Insuficiencia vertebro-basilar. Sin embargo la presencia de dolor,
mareos, desequilibrio, sin un vértigo claro, ni signos troncales hace poco
probable el sustento de IVB en la mayoría de los pacientes. Por el contrario
parece más razonable que el dolor, la limitación del movimiento y la distención
de la cápsula articular, de los ligamentos paravertebrales y de la musculatura
cervical generen un mecanismo plástico
de adaptación, modificando el equilibrio
propioceptivo cervical en forma sostenida y generando síntomas leves pero crónicos, es
decir un mecanismo propioceptivo-vestibular como fue mencionado anteriormente
en hipótesis.
Síntomas:
Dependiendo
del mecanismo fisiopatológico generador los síntomas pueden variar
sustancialmente:
Es
esperable que el caso de hipoflujo sanguíneo debido a la compresión mecánica
vascular rotacional cervical, los síntomas sean esencialmente producto de: 1) la
despolarización isquémica inicial de las neuronas y de las células ciliadas
generando síntomas irritativos, p.e acúfenos (uni o bilaterales) , fosfenos,
parestesias, vértigo y lateropulsión. Si la isquemia se perpetúa en los
próximos segundos surgirán 2) los fenómenos deficitarios, hipoacusia a los
tonos agudos, inestabilidad en la marcha, vértigo, diplopía, etc. , siendo el
dolor el síntoma menos relevante.
En
el caso del vértigo propioceptivo cervical, es decir por la disfunción de las articulaciones,
músculos y ligamentos, típicamente se presentan los siguientes síntomas:
Dolor
cervical y Limitación en el rango del movimiento cervical, mareos,
desequilibrio, sensación de estar embarcado, plenitud aural, fono-fotosensibilidad y nauseas (Borg-Stein et al 2001).
Los síntomas suelen acentuarse con los movimientos cefálicos y pueden ser
episódicos de minutos a horas de duración. Como se comentó previamente, infrecuentemente
este tipo de mecanismo se asocie a vértigo real.
En
el caso de vértigo cervical secundario a latigazo cervical (whiplash síndrome),
en relación temporal con el accidente que determinó la injuria cervical, las
quejas locales más relevantes según Hohl (1974) sobre 146 pacientes fueron: cervicalgia
(98%), rigidez cervical (95%), cefalea (72%) y dolor escapular (20%).
Adicionalmente mareo y vértigo entre el 25-50%, acufenos 14% y 5% pérdida
auditiva. Las quejas más complejas como fallas en la concentración y en la
memoria y los trastornos visuales pueden presentarse hasta en 1/3 de los pacientes
(Oosterveld, 1991; Skovron, 1998).
Diagnósticos
diferenciales:
La
combinación de dolor cervical y mareos o vértigo, como único criterio diagnóstico
de vértigo cervical genera una sobreestimación de esta entidad. Como se mencionó
previamente, ante la falta de criterios claros de diagnóstico la conducta más
apropiada es considerar es diagnóstico luego de haber descartado otros más
probables. Con un examen físico adecuado y con estudios apropiados cerca del
90% de los pacientes con diagnóstico preliminar de vértigo cervical cambian de diagnóstico. En la Tabla 1 se enumeran los
diagnósticos diferenciales más comunes.
Tipo de Mareo/Vértigo |
Criterios
|
Vértigo
VPPB
Neuritis Vestibular
Enf. de Meniere
Vestibulopatía bilateral
Vértigo central
Migraña vestibular
Vértigo rotacional arterial cervical
Paroxismia vestibular (contacto neurovascular)
Malformación de Chiari tipo 1.
|
Sensación de movimiento (de uno mismo o del entorno)
Vértigo que ocurre sólo con los cambios de la posición de la cabeza
respecto de la gravedad, habitualmente de pocos segundos de duración. Los
pacientes frecuentemente presentan vértigo y nistagmus durante las maniobras
posicionales.
Episodios únicos de vértigo de comienzo agudo, habitualmente de días o semanas de duración; Durante la
etapa crónica (no compensada) puede haber mareo con la rotación de la cabeza
y rigidez cervical reactiva dolorosa.
Episodios recurrentes de vértigo de pocas horas de duración con:
disminución auditiva persistente o fluctuante documentado audiométricamente,
típicamente para los tonos de bajas frecuencias, tinitus y sensación de
plenitud aural.
Habitualmente hay desequilibrio más que Vértigo. Hallazgos físicos o
neuro-otológicos congruentes con afección vestibular periférica bilateral sin
compromiso del sistema nervioso central.
Vértigo no compatible con VPPB, neuritis vestibular o enf. de
Meniere, más la presencia de nistagmus típico central (vertical, rebote,
disociado ,etc) durante la evaluación óculomotora o hallazgos compatibles con
compromiso del sistema nervioso central en el examen neurológico.
Diagnóstico de Migraña según criterios de IHS (1988) más la presencia
de síntomas vestibulares episódicos o fluctuantes (síntomas NO constantes).
Suele haber dolor cervical reactivo y puntos gatillos cervicales.
Otras causas deben ser descartadas y el examen neurológico debe descartar
compromiso central.
Vértigo que no cumple los criterios para ninguno de los anteriores tipos,
acompañado de signos de disfunción vascular del territorio posterior o
nistagmus central desencadenado por la rotación de la cabeza (no posicional).
Vértigo de breve duración (menos de 30 segundos) espontáneo o
desencadenado por la rotación de la cabeza. Pueden existir acufenos breves
precediendo el ataque. En los estudios de imágenes debe identificarse un
contacto entre una arteria y el nervio vestibular (loop arterial)
Puede cursar con cefalea, envaramiento y rigidez cervical,
desequilibrio y vértigo posicional. Los síntomas suelen aumentar con el
ejercicio.
|
Presíncope
Hipotensión ortostática
Intolerancia ortostática
Arritmia
|
Sensación inminente de pérdida de conciencia.
Presíncope que ocurre cuando se asume una posición más vertical (es
decir de acostado a sentado o de sentado a parado) acompañado de una caída de
20 mm Hg o mayor en la presión sistólica o 10 mmHg en la diastólica..
Síntomas compatibles con Presíncope sin caída significativa de la
presión arterial
Taquicardia (excepto la sinusal) documentada en un electrocardiograma
(o monitoreo) o bradicardia (<50) o pausa sinusal (> 3 segundos)
|
Desequilibrio
Desequilibrio multisensorial
Desequilibrio indeterminado
|
Sensación de pérdida de equilibrio (habitualmente acompañada de
sensación de caída) durante la estación de pie o durante la marcha;
frecuentemente sin ninguna sensación cefálica acompañante.
Desequilibrio y al menos 2 de los siguientes: Neuropatía periférica,
Deterioro visual, Alteraciones Vestibulares en el examen físico o en la
examinación neurootológica. Suele haber una marcada rigidez cervical
reactiva.
Desequilibrio no debido a compromiso multisensorial, ni a otra causa
evidente. Si hay cervicalgia asociada, considerar el diagnóstico de vértigo
propioceptivo cervical.
|
PPB:
értigo p
Referencias de tabla 2:VPPB:
Vértigo posicional paroxístico benigno, ICHD-II:
International classification of headache disorders (2nd edition).
En la tabla se enumeran las causas más frecuentes que plantean diagnóstico diferencial con el vértigo o mareo cervical. En este grupo, hay que destacar que el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) es el que por sus características, plantea mayores errores diagnósticos al examinador no entrenado. Aquí el vértigo se desencadena con los cambios de posición de la cabeza en el espacio (acostarse, rotar en la cama, mirar un estante superior) y no con la rotación relativa de la cabeza con respecto al tronco (cabeza fija tronco rotado). La migraña vestibular, una entidad extremadamente prevalente, suele combinar episodios de vértigo, desequilibrio, intolerancia al movimiento cefálico y ocasionalmente cefalea y/cervicalgia; en esta condición el tratamiento antimigrañoso suele ser efectivo en más del 80% de los casos (Maione, 2006). Si bien no fue mencionado en los diagnósticos diferenciales, los vértigos pos traumáticos (p.e el latigazo cervical) además de las cervicales, otras estructuras son vulnerables al daño mecánico: el oído (contusión laberíntica), el tronco y las estructuras cortico subcorticales, las arterias vertebrales (disección arterial traumática) que también pueden generar vértigo y desequilibrio, en el último caso potencialmente mortal.
Es
interesante destacar un dato relevante y bastante habitual en la práctica clínica
(Rahko, 2002) : Invariablemente los pacientes con vértigo y desequilibrio de
cualquier causa suelen presentar tensión muscular cervical , rigidez y
eventualmente dolor, como comorbilidad. Posiblemente, pueda explicarse como una
reacción fisiológica a la percepción de menor estabilidad y de riesgo de caída.
Esta conducta postural se observa y es fácilmente evidente en sujetos sanos en
condiciones de inestabilidad (p.e al caminar sobre el hielo). En estos casos,
la postura de tensión y el dolor cervical son claramente reactivos y mejoran
cuando el equilibrio se restablece, por lo que debe considerarse un epifenómeno
y no la causa primaria del problema.
Estudios
complementarios:
Los
estudios complementarios tienen la finalidad de descartar otras causas más
prevalentes de mareo y vértigo. Algunos autores han intentado detectar la
influencia cervical en la función oculomotora,
mediante la detección de modificaciones en el patrón de movimiento
ocular asociado a la rotación cervical; utilizando dichos hallazgos como
marcadores patognomónicos de vértigo cervical. Es así que Tjell y colaboradores
(1998) describieron el “test de
seguimiento lento ocular con torsión cervical”, documentando que la ganancia
del seguimiento ocular disminuía en forma significativa con la rotación cervical
en un grupo de pacientes con latigazo cervical. Kalberg y asociados (1996)
describieron una asimetría en el nistagmus pos optokinético en pacientes con
activación muscular asimétrica similar al vértigo cervical. El test de “rotación
cervical”, consiste en rotar el cuerpo manteniendo la cabeza fija y evaluando
la aparición de nistagmus; resulta positivo (aparición de nistagmus) en el
mareo cervical según Phillipszoon et al (1963).
Actualmente
existen elementos técnicos que permiten detectar alteraciones intrínsecas de la
función vestibular en forma aislada o integrada en el esquema de equilibrio,
aumentado la sensibilidad y especificidad diagnóstica, que se detallan a
continuación:
- · Electro o videonistagmografía: Evalúa la función oculomotora y vestibular, específicamente el reflejo vestíbulo ocular unilateral (valor localizador).
- · Posturografía: Evalúa la participación e integración de los sistemas sensoriales en el equilibrio y el efecto de su deprivación (visual, propioceptivo, vestibular).
- · Sillón rotatorio: Evalúa la funcionalidad del sistema vestibular bilateralmente.
Los
estudios de imágenes como la tomografía
computada o la Resonancia magnética
nuclear, permiten detectar alteraciones anatómicas, malformaciones (p.e Mal de Chiari), lesiones expansivas (p.e tumor
del ángulo pontocerebeloso), alteraciones traumáticas (p.e contusión del
tronco, de la médula, discopatías), etc.
La
utilización de angiografía por Resonancia
o la Angiotomografía resultan especialmente útiles para detectar defectos
vasculares que pueden cursar con vértigo/mareos con patología cervical (IVB),
aunque no permite secuencias dinámicas, para detectar compresión rotacional cervical
de las arterias.
El
estudio vascular por Doppler de la
circulación posterior con rotación cervical en búsqueda de caídas de flujo en
el territorio posterior, resulta una práctica rápida, no invasiva y confiable
en manos adecuadas. Esta técnica también permite detectar robo subclavio, otra
causa de IVB. Utilizando la misma, Strek y colaboradores (1998), han reportado
valores bajos de velocidad de las arterias vertebrales en el 41% de los
pacientes con acúfenos, vértigo y patología degenerativa cervical. La
implicancia diagnóstica y terapéutica de estos hallazgos es poco clara, podrían
ser formas sutiles de IVB compresiva, con un discreto impacto en las arterias
distales (cocleovestibulares).
La
Radiografía de columna cervical,
ampliamente usada para el diagnóstico de vértigo cervical, podría considerarse
como una técnica de baja sensibilidad
y especificidad para esta entidad
aunque indudablemente resulta útil para descartar lesiones traumáticas (si se
realizan las incidencias adecuadas) en patología relacionada a traumatismo o a latigazo
cervical.
Finalmente
el estudio más confiable e indispensable para detectar el lugar
exacto de la compresión mecánica vertebral y de la toma de decisión quirúrgica
es la angiografía digital de los
vasos supra-aórticos, aunque por tratarse de un método invasivo debería reservarse
para casos clínicamente indudables de compresión arterial rotacional cervical.
Tratamiento.
El tratamiento debe ser claramente diferenciado según
el mecanismo generador del vértigo.
Vértigo rotacional de la arteria vertebral (VRAV): El reconocimiento de esta entidad tiene implicancias
pronósticas y terapéuticas. En el caso de la identificación (mediante estudios
adecuados) del lugar preciso de la compresión arterial, la cirugía descompresiva debería ser el tratamiento indicado. Debido a
la rareza del síndrome, los datos sobre el tratamiento sólo se basan en reportes
aislados de casos. Daniel Lu y col
(2010) presentaron la mayor serie de casos, estudiando a 9 pacientes con VRAV y
detectando que la causa más común de la compresión arterial fue un osteofito
(56%) y el lugar más frecuentemente fue a nivel de la primera vertebra- C1
(44%). La descompresión quirúrgica se
asoció con desaparición completa de los síntomas aunque 1 paciente (11%)
presentó complicaciones pos quirúrgicas (inestabilidad cervical).
En el caso del tratamiento del vértigo cervical
propioceptivo, en el cuál el dolor y el mareo/vértigo son los síntomas
limitantes, la literatura actual es limitada respecto a la calidad y cantidad
de trabajos publicados. Cuando el diagnóstico fuese correcto y habiendo
descartado otras causas más comunes de mareos /vértigo (p.e patología
vestibular, vascular central, etc) la terapia física manual, con el objetivo de
disminuir la contractura, los puntos dolorosos musculares puede resultar útil. Furman
(1996), sugiere que la rehabilitación vestibular asociada a la manipulativa podria
mejorar en forma más completa y más rápida los síntomas del paciente.
En la tabla 2
se presentan los trabajos publicados y sus respectivos resultados en el uso de
la terapia física para pacientes con vértigo cervical. Aunque solo el primero
fue controlado, se evidencia una mejoría global con la terapia física en esta condición.
Recuperación completa %
|
Mejoría
parcial %
|
Sin
mejoría %
|
|
Karlberg et al. (1996) #
|
12
|
71
|
17
|
Zhou et al. (1999)
|
73
|
17,6
|
9,4
|
Galm et al. (1998)
|
16
|
77
|
7
|
Bracher et al. (2000)
|
60
|
20
|
20
|
Uhlemann et al. (1993
|
0
|
92
|
8
|
Konrad and Gerencser (1990)
|
33
|
41
|
26
|
Biesinger (1997)
|
58
|
31
|
11
|
Wing and Hargrave-Wilson (1974)
|
53
|
36
|
11
|
El
vértigo pos latigazo cervical, puede combinar varios mecanismos
generadores de los síntomas, como se mencionó previamente el vértigo posicional
paroxístico, es por lejos la
complicación otológica más común con un tratamiento rápido y efectivo (Hilton,
2004).
Habiendo
descartado otras causas de mareo-vértigo, el tratamiento del mareo pos latigazo
cervical por compromiso de tejidos blandos de estructuras cervicales (ligamentos,
tendones y músculos) requiere en etapa aguda tratamiento farmacológico con analgésicos,
inmovilización con collar cervical (Hinoki et al 1971) por una semana en forma
continua y posteriormente, durante la segunda semana, en forma intermitente
según la tolerancia.
El
calor local puede mejorar la rigidez y reducir el disconfort durante la movilización
activa (Caroll. et al 1986), la utilización de benzodiacepinas por un periodo
corto (Diazepam o Alprazolam) puede ser útil. Los antidepresivos pueden mejorar
los síntomas afectivos en el síndrome pos conmocional.
La
presencia de dolor cervical intenso debería alertar sobre la posibilidad de
complicaciones más severas (lesión ósea o disección arterial).
La
recuperación antes de los 6 meses es la regla, un programa de entrenamiento
físico y del equilibrio pueden resultar útiles al igual que en otras formas de
vértigo cervical.
En
resumen, si bien es difícil medir el verdadero alcance del vértigo cervical, y
habiendo descartado las causas potencialmente graves de vértigo/mareo, la terapia física manipulativa y vestibular
parecen ser las estrategias más adecuadas.
La
persistencia o agravamiento de los síntomas, obligaría al médico y/o terapista
actuante a derivar al paciente para una evaluación especializada.
Material adicional-
Nistagmus artrokinético:
Este video muestra el ojo izquierdo de una persona sana, con
la cabeza inmóvil, mientras se mueve el miembro superior derecho de una lado al
otro en el plano horizontal a una frecuencia de 1 hz con un recorrido de 90°.
Note que el movimiento del brazo (no mostrado) se acompaña
de un movimiento ocular tipo nistágmico aunque sutil, refleja la integración propioceptivo
en el núcleo vestibular.
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5 comentarios:
Muy bueno el trabajo y muy exahustiva la recopilacion de datos, felicitaciones
Dr. Dario Roitman.
Muy buen blog. Expongo mi punto de vista ( y me gustaría conocer vuestras opiniones) respecto a los adolescentes que presentan sólo inestabilidad durante un romberg (sin vértigo ni mareo), y los adolescentes con cinetosis.
Soy Kinesiólogo, formado en rhb vestibular, y mi punto de vista al respecto es que en ambos casos no deben ser considerados "normales" desde un punto de vista de salud, y sí deben ser entrenados con rehabilitación vestibular y ejercicios optocinéticos. marmarino@hotmail.com
Hola mi nombre es Francisco Olivera,hace poco estuve realizando una investigación acerca del problema cervical por el mal uso del ordenador,en mi investigación pude observar que la mala postura afecta mucho a la zona cervical, se habla que el tiempo prolongado en el ordenador puede causar problemas, pero al realizar la investigación pude observa que no influye tanto el tiempo sino la mala postura, ya que con una buena postura, el riesgo es mucho menor podríamos decir que la mejor solución.
Muchas gracias por su tiempo.
Me despido con un cordial saludo.
Muy buen blog colega y amigo! Para refrescar conceptos importantísimos de la práctica diaria.
Dr. Juan C. Roma.-
Excelente recopilación, queda claro que el vértigo cervicogénico es extremadamente infrecuente y no como ocurre en la práctica diaria donde los pacientes son derivados por "problemas cervicales".
Dr Amurri Horacio
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