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Arte visual, creatividad y demencias
VERTEX Rev. Arg. de Psiquiat. 2005, Vol. XVI: 418-429
Bases neurales de la
productividad artística
Las bases neurales de la producción artística y
la creatividad han sido estudiadas por científicos, filósofos, artistas y
otros, fascinados por comprender las relaciones entre los sustratos biológicos
del cerebro y las construcciones filosóficas de la mente.
El arte visual es la expresión de la funcionalidad
neurológica y en gran parte, de cómo ésta organiza e interpreta la percepción. Normalmente, el cerebro reúne
las características visuales del mundo externo en la corteza visual a través de
dos vías: dorsal y ventral. Esas características, las cuales incluyen
la apreciación del aspecto, de las formas, de los colores, de los contornos, de los contrastes y de los movimientos, son prerrequisitos necesarios
para la apreciación del arte y deben estar espacialmente organizadas. La
organización visuoespacial se rige fundamentalmente en la corteza parietal o en
la “vía visual dorsal” involucrada en la discriminación figura –fondo y en los
principios gestálticos de las imágenes, es decir en el “análisis perceptual”.
La región parietal también participa en la integración temporal de las imágenes
a través de los movimientos oculares
exploratorios en el campo visual.
El siguiente paso en el procesamiento visual, requiere la integración
y la interpretación de la imagen visual. Los elementos visuales deben ser
organizados en escenas coherentes con significado, un proceso que definitivamente ocurre en el lóbulo temporal
izquierdo.
En el arte visual se debe tener la habilidad de interpretar
perspectivas, brillos, claridades, y otras variables, como también ver y
analizar la influencia del contexto. La apreciación del arte demanda en
especial, un sentido del balance, de la proporción, de la simetría y una
estimación del centro de gravedad de una pintura. El sentido artístico, también
incluye ritmo visual y movimiento, el
orden de la imagen y otros aspectos
quinéticos. Algunos de los aspectos interpretativos más elevados involucran
ilusiones y metáforas visuales y la resolución de problemas perceptuales.
El esquema propuesto aquí, sugiere que el lóbulo `parietal
estaría involucrado en el análisis espacial (“vía dorsal o del donde”) mientras
que el lóbulo temporal participaría de la integración e interpretación de los
fenómenos visuales (“vía ventral o del que”).
Las escenas visuales que un individuo ha tenido a lo largo de la vida,
son percibidas por el significado de los
componentes del sistema ventral localizado en las cortezas occipitales y
temporales. Esas imágenes representadas
internamente de personas, animales, objetos y escenas, representan huellas creativas para muchos artistas, pudiendo ser reproducidas en forma de
pinturas, dibujos y esculturas. En consecuencia, los artistas requieren
precisión visual y utilizan la vía dorsal para construir las escenas percibidas en el sistema ventral
y así
volcarlas sobre el lienzo.
Otro aspecto
importante de la expresión artística es el proceso que resume la esencia de una
composición (producto del almacenamiento de representaciones idealizadas o
prototipos de objetos visuales o de escenas) y la exageración de sus
características (capacidad de distorsionar una imagen, como en una caricatura, donde
existe una exageración de las características que la desvían del sentido de la
normalidad o promedio). Por consiguiente, el ser humano puede modificar los
preconceptos de cómo las cosas deberían aparecer y estar organizadas. Este
proceso forma parte de un” “circuito de reconocimiento” en el lóbulo temporal
medial y en la corteza temporo polar, el cual se encuentra particularmente
lateralizado a derecha.
Con respecto a la dominancia de las funciones cerebrales,
existe lateralidad en el procesamiento del arte visual. Muchos datos indican
que el sentido artístico se encuentra en el hemisferio derecho. Éste tiene a su
cargo las habilidades visuoespaciales, los patrones geométricos, la rotación
mental y la imaginería, las caras familiares y lugares, la atención en el
espacio y el arte realístico. En contraste, el hemisferio izquierdo, está
orientado al lenguaje, al pensamiento analítico, y a la asignación de un
significado a las escenas visuales, en especial en el arte subrealista, en
donde el significado obvio de una obra parece estar ausente. En tareas de
atención dirigida, la atención hacia la totalidad de una imagen activa el gyrus
lingual derecho, mientras que cuando la atención se dirige hacia detalles
focales de una escena, se activa la corteza occipital inferior izquierda. El
lóbulo parietal derecho procesa las características globales de un estimulo y
sus relaciones espaciales y el lóbulo parietal izquierdo realiza el análisis
visual detallado. Sin embargo, el lóbulo frontal derecho, está involucrado en
la “búsqueda de lo nuevo” y en las producciones espontáneas no verbales,
mientras que el lóbulo frontal izquierdo ejerce el control sobre el análisis
verbal. Independientemente del análisis perceptual, la memoria, las funciones
ejecutivas, las regiones frontales premotoras y motoras (inclusive los
ganglios basales y el cerebelo) son necesarios para la producción del arte
visual y para llevar a cabo los movimientos precisos para ejecutar el arte.
- Trastornos neurológicos y arte
Los
trastornos neurológicos focales o difusos pueden alterar la calidad del arte
producida por los artistas. La literatura ha reportado importantes
modificaciones artísticas en el arte savant. .El síndrome savant es el verdadero ejemplo
del realce de la expresión artística en presencia de un trastorno neurológico,
como sucede en el autismo, en el retraso mental o en trastornos adquiridos del
hemisferio izquierdo precozmente en el desarrollo. Las habilidades que los
savants tienen (visuales, auditivas, o matemáticas) son basadas en la
funcionalidad del hemisferio derecho.
Los estudios con pacientes con
accidentes cerebro vasculares han evidenciado que las injurias hemisféricas
izquierdas preservan la organización espacial y no alteran las habilidades
artísticas. Sin embargo, las lesiones hemisféricas derechas, alteran el armado
visuoespacial de las partes de una imagen y devastan la habilidad de copiar,
dibujar o pintar. Cuando se le pide a un paciente que dibuje un objeto, los
sujetos con lesiones en hemisferio derecho, dibujan algo similar con todos los
detalles requeridos pero sin la esencia del objeto o de la composición
artística.
En la
historia, famosos pintores han tenido trastornos neuropsiquiátricos y sus
manifestaciones cognitivas y conductuales han impactado en sus obras.
Es de notorio conocimiento que el famoso pintor Vincent Van Gogh, ha tenido un trastorno maniacodepresivo, y un foco compulsivo sobre su arte.
Willem de Koonig desarrolló Demencia tipo
Alzheimer (DTA) su arte perdió su coherencia.
Luego de la enfermedad que causó desorientación con pérdida
de la visión y la audición, Francisco de Goya, creó oscuras y pesimistas
pinturas u obras. Goya había tenido la
enfermedad de Vogt–Koyanagi–Harada. Tal vez sus obras reflejen meningitis o
encefalitis secundaria.
El arte de Giorgio de Chirico se volvió perseverativo y rígido con copias
repetitivas de pinturas muy similares de su propio trabajo. De Chirico, sufría
de migraña , o más probablemente de epilepsia del lóbulo temporal.
Mervyn Peake desarrolló demencia con parkinsonismo, su
arte se transformó en geométrico y tipo abstracto, con una aparente pérdida de
empatía en sus retratos tipo caricaturas.
En forma similar, el cerebro enfermo puede alterar la
expresión de la música. Maurice Ravel, el compositor francés, desarrolló un
trastorno de espectro frontotemporal, que desproporcionadamente afectó su
hemisferio izquierdo y su funcionalidad lingüística. Algunos autores
interpretaron que su obra maestra Bolero, y su trabajo posterior, concierto
para la mano izquierda, reflejan la creación de su música a partir del
hemisferio derecho.
-
Presentación de casos:
El arte visual es la expresión del modo de organizar e
interpretar la percepción. Existe un rol predominante del hemisferio derecho en
las habilidades artísticas, con modulación e inhibición hemisférica izquierda. En sujetos normales, los mecanismos
inhibitorios y excitatorios probablemente interactúen en una compleja armonía
reflejando “una facilitación funcional paradójica”. Las enfermedades cerebrales
como las demencias pueden alterar esta armonía y en consecuencia la expresión
artística.
Caso 1: Masculino,
88 años, Diestro, diagnóstico: Enfermedad
de Alzheimer (EA).
Descripción artística: menor productividad, mayor simpleza
en formas y distorsión de aspectos visuoespaciales de las imágenes.
Caso2: Masculino,
68 años, diestro, diagnóstico: Afasia Progresiva Primaria(APP).
Descripción artística: preservación de habilidades artísticas,
igual productividad y adecuada organización espacial.
Caso 3: Femenino,
58 años, diestra, diagnóstico: Demencia
Fronto Temporal (DFT).
Descripción artística: Intensa creatividad, originalidad y
libertad en sus obras, temática perseverativa, utilización de colores intensos
y adecuada organización espacial.
El arte en DTA es el resultado de cambios visuoespaciales,
constructivos y mnésicos. En contraste, la preservación de dichas habilidades y
el compromiso asimétrico izquierdo en la DFT y APP respectivamente, sugieren
indemnidad artística, independientemente de la afectación del lenguaje. La
desproporcionalidad funcional derecha izquierda, contribuiría a la “búsqueda de
la novedad” y la mayor creatividad artística.
El dibujo y la pintura son expresiones pictóricas que
permiten a los pacientes otra forma de comunicación no verbal, pudiendo
expresar sentimientos, estados de ánimo o deseos, entre otros.
Estas observaciones sugieren una organización para el arte
en el cerebro, y proponen bases para nuevas
vías de comunicación basadas en estrategias cognitivas.
- El ARTE Y LA DEMENCIA FRONTOTEMPORAL
Entre las demencias, la Demencia
Frontotemporal –DFT-,
probablemente sea el trastorno que afecta el cerebro en la forma justa para
ilustrar los mecanismos de la expresión artística. La DFT es un “síndrome”
caracterizado por declinación de la conducta social, la personalidad y las
emociones, producto de la degeneración de los lóbulos frontales y de los
sectores anteriores de los lóbulos temporales. Representa un grupo heterogéneo
de entidades nosológicas con manifestaciones clínicas y patológicas variables,
que reflejan la distribución de los cambios
patológicos más que el subtipo histológico exacto de la enfermedad. Los
pacientes con la variante temporal izquierda, generalmente presentan
alteraciones en la denominación, en la comprensión de palabras y en la
estructura semántica. En contraste, los pacientes con la variante temporal
derecha, muestran mayor sintomatología
conductual (inaptitud social, trastornos de la empatía y generalmente
comportamientos sociopáticos) y alteraciones cognitivas en el reconocimiento de
los rostros (prosopagnosia). En la
literatura, algunos pacientes con la variante temporal derecha, han manifestado
un cambio completamente diferente en la expresión artística. Las alteraciones
de esos artistas en el dibujo de los rostros evidencian una percepción de los
otros como “menos humanos y mas alienados”, sugiriendo pérdida de empatía en
sus obras y alteraciones cualitativas en
la interpretación de las características esenciales del rostro humano. Por otro
lado, un importante número de pacientes con la variante izquierda de la DFT,
han desarrollado actividades creativas en los estadios
iniciales de su enfermedad. La normal
funcionalidad del hemisferio izquierdo puede inhibir o anular las habilidades
artísticas del hemisferio derecho. En contraste, la menor actividad izquierda y
el compromiso semántico liberan el hemisferio derecho y realzan la
productividad artística. La pérdida gradual del significado de palabras u
objetos pueden promover expresiones artísticas alternativas, a través de la
búsqueda de nuevas características esenciales de las cosas.
La mayoría de los casos reportados en
la literatura han tenido degeneración lobar temporal anterior izquierda
(variante semántica); en consecuencia, el desarrollo artístico puede ocurrir en
patologías con compromiso del lenguaje, sugiriendo que no se requiere del mismo
para el desarrollo artístico de ciertos tipos de creatividad visual.
La corteza parietal posterior derecha y
temporal, regiones respetadas en la DFT, parece ser críticas para la copia precisa o
para dibujar imágenes elaboradas internamente. La liberación de esas regiones
del pensamiento analítico del lenguaje, organizadas en las regiones frontales y
temporales anteriores del hemisferio dominante parece ser un
factor clave para la emergencia de habilidades artísticas en la DFT. La
liberación de la funcionalidad del lóbulo frontal, involucrada en las
restricciones sociales también juega un rol importante. Es por ello, que si
bien la hipótesis de la hipofuncionalidad lingüística pareciera ser apropiada,
no resulta ser la única propuesta. Actualmente, también se postula que la
región dorsolateral frontal iniciaría un circuito neural (corteza
orbitofrontal, hipocampo y gyrus parahipocampal) que se encargaría de guiar la
detección de la novedad visual y el cíngulo anterior de “monitorear” esa
detección. Si el evento nuevo es suficientemente importante, las regiones
corticales posteriores y temporales se reclutarían para un mayor procesamiento.
La novedad suele ser manejada por el lóbulo frontal derecho, y una
desproporcionada prevalencia en la funcionalidad frontal derecha sobre la
izquierda, podría llevar a la liberación desinhibida de la “búsqueda de lo
nuevo”, que
sumado a la rigidez compulsiva, podrían
contribuir a la mayor creatividad artística y a comportamientos artísticos
repetitivos en la DFT.
Cualquiera que sean los mecanismos, los
pacientes pueden representar verdaderos ejemplos de cómo
el talento individual puede continuar existiendo y/o creando en la fase de una
enfermedad cerebral demencial.
-
Galería
Degeneración Anterior (DFT)
Hidrocefalia (Estenosis acueductual)
Degeneración posterior (DTA)
-
El arte recompensa el cerebro
Neuroimage. 2011 Mar 1;55(1):420-33.
Epub 2010 Nov 25.
Según un estudio científico publicado en la revista
NeuroImage, parece que apreciar el arte hace que el cerebro experimente una sensación de recompensa.
Al admirar el trabajo de pintores famosos como Dalí y
Picasso, el cerebro puede experimentar mucho más placer que simplemente examinar
objetos de la vida real. Esta investigación, realizada por científicos de la
Escuela de Medicina de la Universidad de Emory, incluyó 8 voluntarios (4
hombres y 4 mujeres), con una media de edad de 23 años. Los participantes
tuvieron que mirar famosas obras de arte y obras no tan conocidas. Algunas de
las pinturas – independientemente del autor – representaban objetos de la vida
real. Los sujetos de prueba tuvieron que mirar las pinturas y, a continuación, mirar
imágenes de objetos reales.
Utilizando una técnica llamada resonancia magnética funcional (fMRI), el equipo de Emory analizó patrones de activación neuronal en cada uno de los cerebros de los participantes, mientras estaban mirando las pinturas e imágenes. Los resultados revelaron que el cuerpo estriado ventral, una región del cerebro que participa en el sistema de recompensa cortical, fue más activo cuando los sujetos de la prueba miraban las pinturas que cuando veían simples fotografías de los objetos.
El arte no activa un solo proceso en el cerebro, existe una serie de circuitos involucrados, entre ellos el cuerpo estriado ventral y la corteza orbitofrontal que también resultó ser una zona de gran activación al mirar y apreciar el arte.
Utilizando una técnica llamada resonancia magnética funcional (fMRI), el equipo de Emory analizó patrones de activación neuronal en cada uno de los cerebros de los participantes, mientras estaban mirando las pinturas e imágenes. Los resultados revelaron que el cuerpo estriado ventral, una región del cerebro que participa en el sistema de recompensa cortical, fue más activo cuando los sujetos de la prueba miraban las pinturas que cuando veían simples fotografías de los objetos.
El arte no activa un solo proceso en el cerebro, existe una serie de circuitos involucrados, entre ellos el cuerpo estriado ventral y la corteza orbitofrontal que también resultó ser una zona de gran activación al mirar y apreciar el arte.
- Música y cerebro: fundamentos neurocientífIcos
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Según la Real Academia de la
Lengua, ‘música’ significa ‘melodía, ritmo y armonía, combinados’, así como
‘sucesión de sonidos modulados para recrear el oído’. Estas dos definiciones
nos aportan dos concepciones distintas: la música como un ‘lenguaje’ organizado
que se basa en un sistema de reglas que coordinan una serie de elementos
básicos y la música como un elemento cultural.
Las pruebas científicas muestran
que música y lenguaje tienen representaciones corticales diferentes y, además,
se pueden ver alteradas de manera independiente.
La ejecución musical, como acto
motor voluntario, supone la implicación de áreas motoras que interactuarán con
áreas auditivas, de manera que resulte posible controlar los actos motores que
implican la correcta interpretación que está realizando el músico.
Todas las personas sin ningún
problema neurológico nacen con la maquinaria necesaria para poder procesar la
música. Esto puede observarse en los
niños menores de un año, que son capaces de mostrar sensibilidad ante las
escalas musicales y la regularidad temporal, les es más fácil procesar
intervalos consonantes que los disonantes y son capaces de percibir una
estructura tonal, así como breves disrupciones en una melodía. Todas estas capacidades
se dan en el niño antes de que su lenguaje esté desarrollado, lo cual evidencia
que la música tiene redes propias de procesamiento.
Podemos afirmar que el
procesamiento de la música es modular, ya que está comprobado que pueden
aparecer alteraciones selectivas de la música. Por lo tanto, afirmando la
existencia de un sistema modular para el procesamiento musical, afirmamos que
existe un sistema de la información mental específico para el procesamiento de
la música, el cual está formado por módulos más pequeños específicos para
procesar sus distintos componentes.
Cuando se analiza el input acústico, se accede al módulo
específico para su análisis. En el caso de la música, son fundamentales el
análisis de la organización temporal y el de la organización del tono. Así,
cuando escuchamos una canción, primero realizamos un análisis acústico a partir
del cual cada uno de los módulos se encargará de unos componentes:
–
La letra de la canción será analizada por el sistema de procesamiento
del lenguaje.
–
El componente musical será analizado por dos subsistemas: organización
temporal (el ritmo y el compás) y organización del tono (el análisis del
contorno y los intervalos nos llevan a codificar el tono).
Los resultados que se obtienen de
estos dos análisis llevan directamente
al ‘léxico musical’, al análisis de la expresión emocional y a mover nuestro
pie al ritmo de los instrumentos (análisis del ritmo y compás). El léxico
musical es el almacén en el cual almacenamos toda la información musical que
vamos recibiendo a lo largo de nuestra vida, y es el que nos proporcionará el
reconocimiento de una canción. Si lo que queremos es ponernos a cantar dicha
canción, nuestro léxico musical se conectará con el fonológico, de manera que
formen una planificación vocal que nos llevará al canto. Por otro lado, también
podemos tener la experiencia de que esta canción nos recuerde, por ejemplo, a
un viaje realizado. En este caso, estaría activándose la ‘memoria asociativa’,
también relacionada con el léxico musical.
-
Música y neurología en los
grandes compositores
-
La música es un arte no figurativo, un arte
abstracto. El compositor interpreta un hecho o un sentimiento a su
manera, haciendo abstracción de los sentidos. Un mismo sentimiento será
interpretado de forma muy diferente por dos compositores. A continuación, se
expondrán las alteraciones del sistema nervioso que han afectado a los grandes
músicos y el impacto en sus obras.
-
Obra musical: Muerte y transfiguración (1888-1889).
En este poema sinfónico Strauss describe las alteraciones físicas y mentales
de una persona enferma.
-
Obra musical: Sansón (1741). Cuando
Händel estaba componiendo este oratorio, fue cuando comenzó a quedarse ciego.
-
Obra musical: Cuarteto de cuerda N.o1.
(1876). La sífilis que contrajo Bedrich Smetana le ocasionó
muchos inconvenientes: entre ellos, los acúfenos y la sordera.
-
Obra musical: Prometeo, poema de fuego
(1907-1910). Cuando creaba sus obras, Scriabin asociaba los colores con
la música. En Prometeo refleja su sinestesia al máximo: tal como
la escribió, la interpretación musical de esta pieza debía de acompañarse
de luces de colores.
-
Obra musical: Cuarta sinfonía
(1841). Robert Schuman dedicó esta pieza a su esposa Clara. En ella
se hace presente la perseveración a través de la continua repetición de una
frase musical.
-
Obra musical: Sinfonía fantástica
(1830). Con esta composición Berlioz quiere explicar su pasión por una
actriz irlandesa y “su envenenamiento con opio en un acceso de desespero
amoroso”.
-
Obra musical: Tableau de l’operation de la
taille (1725). En ella Marais traslada todos los sentimientos que le
produjo la cistostomía que sufrió a los 64 años.
-
Obra musical: Canciones de vejez.
Rossini falleció a los 76 años, pero se apartó de la actividad musical a los
37. Hacia el final de su vida y para su propio placer compuso un conjunto
de pequeñas piezas que tituló Canciones de vejez o Pecados de vejez.
-
Obra musical: Concierto para piano N.0
3 (1945). Esta fue la última obra que compuso Bártok antes de
fallecer por leucemia (de hecho le faltó orquestar algunos compases). Es
una mezcla de nostalgia y serenidad que transmite la angustia ante la
proximidad de la muerte.
-
Obra musical: Réquiem (1791). Esta
obra le fue encarga a Mozart por un personaje anónimo. El músico, que ya
se sentía morir, dijo llorando: “Lo he escrito para mí mismo y servirá para mis
funerales”.
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- Neuroanatomía de la música
-
Percepción
y reconocimiento de la música
Cuando la música se introduce en
el interior de nuestro oído, la información viaja a través del tallo cerebral y
el mesencéfalo hasta llegar al córtex auditivo. La información es procesada por
el córtex auditivo primario (AB 41 y 42, incluida la parte media del giro
temporal superior) y el córtex auditivo secundario (AB 22). La percepción
musical está basada en dos procesamientos distintos por dos subsistemas
neurales diferentes: organización temporal y organización del tono.
-
Tono
El tono es lo que conocemos como
un sonido musical diferenciado, pero es la secuenciación de diversos tonos lo
que nos permite percibir una melodía, y si esta secuencia se ve alterada
tendremos una percepción distorsionada de la pieza musical. Los distintos
análisis que podemos realizar con el tono son numerosos e implican diversas
áreas auditivas primarias y secundarias, las cuales interaccionan con áreas
frontales, predominantemente en el hemisferio derecho.
Entre 1 de cada 10.000 personas,
principalmente músicos profesionales, que conocemos como ‘tono absoluto’.
Supone la capacidad que tienen para identificar con precisión la posición de un
determinado tono en la escala sin tener como referente ningún otro tono. Este
hecho implica que la persona cuenta con una estrecha y fija categorización de
los tonos y posee un nombre para cada una de estas categorizaciones. Pero no es
sufciente ‘aprender’ los tonos y darles nombre. Resulta necesario para
desarrollar la capacidad de tono absoluto estudiar música desde temprana edad
Si el aprendizaje no se lleva a cabo antes de los 912 años, una persona con la
predisposición a desarrollar la habilidad del tono absoluto nunca lo hará
(factores genéticos).
-
Ritmo
La organización temporal de una
pieza musical se basa en dos relaciones fundamentales: fraccionar una secuencia
en grupos basándonos en su duración temporal y la extracción de una regularidad
temporal subyacente o compás. En ello no sólo están involucradas las áreas
auditivas, ya que también participan el cerebelo y los ganglios basales, así
como el córtex premotor dorsal y el área motora suplementaria, que se encargan
del control motor y la percepción temporal. Podemos afirmar, pues, que contamos
con interacciones entre los sistemas auditivo y motor para el análisis del
ritmo que se activan cuando escuchamos música o la imaginamos.
-
Producción
e interpretación musical
La interpretación musical incluye
diferentes tareas, que combinan habilidades motoras y cognitivas además del
componente perceptivo, emocional y la memoria.
-
Canto
La producción verbal, ya sea
cantada o hablada, es mediada por el mismo sistema, pero la ruta para la
producción del habla y la producción melódica son distintas. Al igual que
podemos encontrar afásicos que pueden cantar, nos encontramos con amúsicos que
no tienen ninguna alteración en el habla y, sin embargo, no son capaces de
cantar.Diversos estudios con tomografía por emisión de positrones han
demostrado que esta diferenciación entre canto y habla es posible. El canto
implica un incremento en la actividad de estructuras motoras bilaterales con
predominancia en el hemisferio derecho, particularmente en regiones auditivas,
insulares y premotoras.
-
Interpretación
musical
La interpretación musical
requiere que el músico cuente con tres controles motores básicos: coordinación,
secuenciación y organización espacial del movimiento. La coordinación implica
una buena organización del ritmo musical, y la organización espacial y
secuenciación del movimiento suponen que el músico toque las diferentes notas
en su instrumento musical. Diversos estudios con neuroimagen funcional y con
pacientes con daño cerebral relacionan la coordinación con diversas regiones
corticales y subcorticales, incluyendo el cerebelo, los ganglios basales, el
área motora suplementaria y el córtex premotor dorsal. Respecto a la
secuenciación de los movimientos, incluimos cerebelo, ganglios basales, área
motora suplementaria y área premotora suplementaria, córtex premotor y córtex
prefrontal. Se ha podido observar que aquellas secuencias más complejas
requieren la actividad de los ganglios basales, el córtex premotor dorsal y el
cerebelo. En cuanto a la organización espacial de los movimientos para tocar el
instrumento, supone la activación del córtex parietal, sensoriomotor y
premotor, ya que implica la integración de información espacial, sensorial y
motora. Al tocar un instrumento, e incluso al escuchar música, nuestro cerebro
lleva a cabo interacciones auditivomotoras.
Estas interacciones pueden ser de dos tipos: la proalimentación y la retroalimentación.
La proalimentación consiste en que el sistema auditivo infuye predominantemente
en el acto motor, a menudo de manera predictiva. Por otro lado, la
retroalimentación radica en que al tocar o cantar, el músico debe controlar el
tono continuamente, escuchando y realizando los ajustes motores apropiados.
-
Memoria
musical
El aprendizaje de un instrumento,
o de una nueva pieza musical, supone una implicación consciente de la persona
que lo está realizando, pero con dedicación y tiempo la ejecución puede llegar
a automatizarse. La repetición, el ensayo, el ritmo y la secuenciación son
esenciales, pero para aprender una nueva pieza musical los músicos utilizan
diversas técnicas auditivas, cinestésicas y visuales, junto con las reglas de
la música, además del sentimiento y la intencionalidad. Una vez aprendida e
incorporada al repertorio, una pieza musical puede interpretarse
automáticamente.
Por otro lado, resulta necesario
para poder interpretar una pieza musical mantener on line información sobre el
tono, es decir, en cierto modo, la ‘working memory’ para el tono. Diversos
estudios lesionales implican al córtex auditivo derecho, así como a áreas
frontales, en particular áreas inferofrontales y dorsolaterales, en el
mantenimiento on line de la información musical.
Otro aspecto que no podemos dejar
de lado es la familiaridad con las piezas musicales. Todas las personas
contamos con un ‘léxico musical’ en el cual se almacena nuestra experiencia,
con canciones, piezas musicales, etc. Obviamente, los oyentes no recordamos
cada detalle de una pieza, pero sí recordamos lo esencial, que hace que la
reconozcamos. Estudios con neuroimagen han permitido observar que el surco
temporal superior derecho e izquierdo, el
planum temporale, el área motora suplementaria y el giro inferofrontal
izquierdo son áreas implicadas en el reconocimiento de melodías familiares,
siendo el área crucial el surco temporal superior derecho.
4 comentarios:
Buena noche, podría por favor compartirnos las referencias sobre las cuáles basa el escrito. Serían de gran ayuda.
Buena noche, podría por favor compartirnos las referencias sobre las cuáles basa el escrito. Serían de gran ayuda.
Porfavor, coloquen las referencias :3 gracias y excelente trabajo.
Hola hermoso e interesante blog.
Muy completo y my entendible, estoy haciendo un trabajo y me ayudaria mucho más si pasaría las referencia. Muchas gracias y ¡FELICITACIÓNES!
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